RAZÓN de SON es el primer trabajo en solitario del músico y antropólogo Raúl Rodríguez, fruto de dos décadas de búsqueda y dedicación en el oficio de las músicas flamencas mestizas, desarrollando su  trabajo al lado de músicos como Kiko Veneno, Martirio o Santiago Auserón y en proyectos propios como CaraOscura y Son de la Frontera, grupo con el que introdujo el Tres cubano en el toque Flamenco. 

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A partir de un estudio histórico de los cruces culturales en nuestra música y aplicando un enfoque interdisciplinar que relaciona las rutas de intercambio colonial con el desarollo de las tradiciones musicales, “Razón de Son” busca ampliar nuestra trama sonora a través del redescubrimiento del tejido multirracial y dinámico que se vivió entre las colonias afro-caribeñas y los puertos andaluces entre los siglos XVI al XIX y que dio lugar a la creación de un lenguaje estético profundamente mestizo y compartido,  un territorio cultural común que nos puede dar las claves para avanzar hacia nuevas músicas fértiles. 
 

"Razón de Son" se articula a partir del desarrollo del lenguaje fronterizo que propone el Tres Flamenco, un nuevo instrumento mestizo, mezcla del Tres cubano y de la Guitarra flamenca, construído en Triana, que conjuga el Son y el Toque y que nos abre las posibilidades de encontrar fórmulas rítmicas y estéticas nuevas, células bailables herederas de las claves tradicionales abiertas a desarrollar nuevas posibilidades creativas.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Razón de Son” es también una aplicación sonera de las últimas líneas de estudios históricos-musicológicos sobre las múltiples fuentes que nutrieron a la música flamenca, y que llevan algunos años desarrollándose entre varios autores (Faustino Núñez, J. L. Ortiz-Nuevo, J. L. Navarro García, Santiago Auserón, Antonio Gª de León, Jesús Cosano, Antonio Mandly, Curro Aix, Alberto del Campo y otros muchos), ofreciéndose como una de las más valiosas perspectivas de aproximación a los fundamentos de la cultura flamenca. Además de alumbrarnos sobre nuevos puntos de origen de nuestras tradiciones más arraigadas, este enfoque más contemporáneo descubre y destaca el valor fundamental de la aportación de la música negra de los puertos andaluces de los siglos XVI al XIX, a partir del estudio detallado de las fuentes que nos hablan de los bailes de negros del Siglo de Oro y de su influencia decisiva en el desarrollo de muchos de las danzas que conforman hoy nuestro patrimonio sonoro, abriendo decididamente un camino a seguir para poder avanzar en el cruce consciente con otras músicas con las que sí tuvimos mucho camino en común, provocando así una realimentación posible que nos permite descubrir nuevas herramientas de expresión para los tiempos que vivimos.
 

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